En el mundo de los neumáticos agrícolas, la presión correcta y el nivel de desgaste no son solo un número, son dinero en el bolsillo. Ambos tienen una influencia directa en el patinaje del tractor, que a su vez impacta en el consumo de combustible, la eficiencia del trabajo y la compactación del suelo.
El problema del patinaje excesivo
El patinaje es algo normal en el uso de los tractores, pero debe mantenerse dentro de un rango adecuado. En campo, se considera óptimo entre un 10% y un 15%, ya que permite transmitir la potencia del motor sin desperdiciar energía. Sin embargo, si el patinaje supera el 20%, estamos perdiendo tracción, eficiencia y, sobre todo, dinero. En carretera, un 5% ya es preocupante.
Ejemplo real de cómo impacta el patinaje excesivo.
Tomemos el caso de una explotación agrícola de 400 hectáreas, donde se utiliza un tractor de 200 CV con una vertedera de 5 cuerpos. Si el neumático está correctamente inflado, el tractor consume 22 litros de combustible por hectárea. Pero si la presión es demasiado alta, el patinaje puede subir al 30%, lo que aumenta el consumo real a unos 8.976 litros de combustible en total, frente a los 7.392 litros que se consumirían con una presión adecuada.
Esto supone un gasto adicional de 1.742 € solo en combustible, sin contar el desgaste a mayores de los neumáticos ni el mayor tiempo de trabajo requerido. A largo plazo, las consecuencias económicas pueden ser enormes.
¡Soluciones fáciles para evitar estos costos!
✅ Ajustar la presión de los neumáticos según la carga y las condiciones del terreno.
✅ Estudiar el cambio de medida de neumáticos por unos mas anchos para aumentar la tracción
✅ Cambiar los neumáticos cuando el nivel de desgaste nos hace patinar en exceso.
✅ Medir y controlar el patinaje para optimizar la eficiencia.
No dejes que el dinero se escape por el patinaje. Ajustar la presión de los neumáticos o cambiarlos a tiempo sin esperar a que estén completamente lisos no solo mejora la eficiencia de los equipos, sino que también protege la economía de tus clientes.
¡Los pequeños detalles marcan la diferencia!